lunes, 20 de junio de 2016

RELATOS DE LAS GANADORAS DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DE MIEDO


RELATOS DE LAS GANADORAS DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DE MIEDO

¡ENHORABUENA A NUESTRAS ESCRITORAS EN CIERNES, QUIENES HAN GANADO INCLUSO PARTICIPANDO ALUMNOS Y ALUMNAS MAYORES! SEGUID ESCRIBIENDO QUE ESTAMOS LOCOS/AS POR LEEROS.


El Viaje a Londres

Estando en casa, de repente escuche una voz que desde la lejanía decía:

-¡Iris tengo que decirte algo muy importante que te hará mucha ilusión! –era la voz de mi madre, Tania.

Entonces fui a la cocina, donde mi madre estaba preparando un puchero que olía a rosas.

-Dime – Le dije

-Te han dado la Beca para poder ir a Londres y estudiar en la Universidad de Oxford, esta tarde coges el vuelo –dijo mi madre con alegría pero a la vez tristeza porque me iba de casa un año.

-Voy a preparar la maleta- dije con mucho entusiasmo.

En el avión estaba leyendo un libro cuando alce la vista y vi a una joven que se parecía bastante a mí, me miraba atentamente, seguí leyendo y no le di mayor importancia.

Al llegar al piso en el que me alojaba sentí repugnancia al ver que todo estaba en mal estado. En mi primer día de Universidad me fue mejor de lo que imaginaba. Cuando llegue a casa vi a la joven que me miró en el avión con el cuerpo de mi madre sin vida, con sangre en las manos y gritando el nombre de mi madre, asustada le pregunte qué es lo que pasaba, me miró y era igual que yo, grite y desperté en una habitación blanca con una señora que no paraba de preguntarme porque había hecho eso.


                                                                                        SANDRA SÁNCHEZ GONZÁLEZ 2ºESO D




La despedida

Mi hermana, mis abuelos, mi tía, hasta mis padres lloran, sobre todo mi madre…, toda mi familia llora sin consuelo en esa habitación blanca y fría…, sin duda la habitación más gélida que puede llegar a tener un tanatorio. No entiendo porque pero yo, no lloro, no encuentro ese sentimiento en mí. Me pregunto una y otra vez, como puedo estar tan rígida, sentirme tan distante y cercana a la vez. Nunca había experimentado este sentimiento. Casi no hablo con nadie, y si hablo, están tan abrumados que me ignoran.                              
Mi tía Sonia se recompone y decide comprar algo de cenar para los que se quedan la noche allí. Entonces, me ofrezco a acompañarla. Jamás la he visto así…tan metida en sus pensamientos aguantando los sentimientos de tristeza, tan ausente..., casi imagino que ni se ha dado cuenta de que la he acompañado. Por los pasillos, me llama la atención un hombre en un ataúd de una habitación, parece joven, y de repente veo al mismo chico sentado al lado de una persona con el brazo en su espalda, y entonces me mira y me atemorizo tanto que corro hacía mi tía, que ya llevaba unos pasos más que yo y me aferro a ella. Pienso, ¿¡Acaso veo fantasmas?!
Cuando llegamos a la habitación, solo está mi madre. Parece que quiere estar sola. Mi tía se queda fuera, entonces entro, parece que mi madre no le molesta mi presencia, no para de mirar el ataúd y entonces rompe a llorar. Corro hacía ella y la abrazo, entonces sigo su mirada hacía el ataúd y me veo.
 CARLA TORTOSA ROMERO 2º ESO D




Abrázame

Era un día cualquiera, de esos oscuros y tenebrosos que todo el mundo odia, pero que en cambio yo amo. Sentía la necesidad de volver a hacerlo, de volver a invocarla, de coger mi tablero y contactar con ella.

Apagué todas y cada una de las luces y encendí velas. Comencé y escuché su voz, pero esta vez la notaba diferente. Solo sabía decirme <<Ten cuidado, esto no es para ti>>.Yo le respondía que la necesitaba, que la añoraba demasiado y sentía la necesidad de abrazarla, mi único deseo, que se encarnara en alguien para poder abrazarla.

Ella, no muy convencida, aceptó y se encarnó en papá. Corrí fuera de mi habitación y grité <<Mamá>>.Papá se giró, y su cara no tenía ningún aspecto, no tenia piel, los ojos se le salían de las cuencas, y de su boca, brotaba un río de sangre. Huí todo lo que pude, pero puertas se cerraban a mi paso, dejándome sin salida. Un ser flotante con el rostro de mamá se me apareció delante, mi única reacción fue abrazarle como nunca lo había hecho antes. Pasaron unos segundos, tal vez minutos, noté algo en mi cuerpo, como un puñetazo, dolió. Vi delante de mí, mi propio corazón, podía verlo incluso triste, mamá no era lo que yo creía y sin poder pensar nada más, caí rendida al suelo.

Ahora, soy un espíritu, ese que la gente invoca sin saber lo que va ha pasar.

ESPERANZA PÉREZ SANTOS 2º ESO B











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